Hasta ahora no le hemos dado nunca importancia al descanso, pero la sociedad cambia, los tiempos evolucionan, y nuestras espaldas también.
Antes la manera de elegir un colchón era por su precio, y más o menos tus gustos. Es decir, más blando, más duro, que no me de calor, que aguante bien… esas cosas.
Gracias a estudios médicos, a la evolución de la tecnología del descanso, y a la conciencian de la sociedad, ahora los colchones, son mucho más que ese “trozo acolchado” donde duerme uno.
Padecer insomnio o levantarse cansado son algunos de los síntomas que avisan de que quizás no estés durmiendo en el colchón que realmente necesitas y que, como consecuencia, tu descanso tampoco es óptimo.
Pero no dormir sobre el colchón adecuado puede producir otras consecuencias aún más graves como dolores de espalda cronificados, algo que, desgraciadamente, es demasiado común en nuestro país. Según la Fundación Kovacks, el dolor de espalda afecta al 80% de la población española y el 70% de los jóvenes ya lo padecen antes de los 16 años.
Estaréis hartos de leer y que os digan características de unos u otros colchones, pero lo que de verdad importa a la hora de elegir un colchón es cómo duermes. Verás, toma nota, y aprende a elegir tu colchón ideal:
ANALIZATE A TI MISMO
Si eres una persona que ronda los 80-100kg de peso, tendrás que elegir un colchón firme para no hundirte; puede ser de látex porque ofrecen un soporte preciso en todo el cuerpo al tiempo que son flexibles. Otra opción más económica son los de muelles, crean un entorno de descanso agradable a una temperatura uniforme.
Si tu peso ronda los 60- 80 kg, un colchón de firmeza media te irá bien. Son perfectos los de viscoelástica que se amoldan al contorno corporal y mejoran la circulación permitiendo una relajación completa.
Si eres de esas personas que les cuesta conciliar el sueño, entonces necesitas colchones especiales, con tratamientos incorporados, y funciones especiales. Por ejemplo, lo último en tecnología es el colchón de Biocerámica de FLEX. El cuál absorbe la energía corporal que emitimos mientras dormimos, devolviéndola en forma de ondas infrarrojas. Esto genera un aumento del flujo sanguíneo a nivel capilar, sin incrementar la temperatura corporal. Este aumento del flujo sanguíneo te ayuda a recuperarte y a descansar mejor.
Si eres caluroso a la hora de dormir, los colchones con muelles o con cámara de aire serán los que mejor se adapten a ti, al ser los que mejor transpiran. Si eres de esos que deja su zona de dormir “amarillenta” cada día al levantarse, tendrás ir pensando en un colchón de muelles.
Si por el contrario eres una persona “friolera”, la visco o el latex, son tus aliados perfectos, dado que estos materiales guardan el calor corporal mucho mejor, y te harán sentir más cálido en tus noches de descanso.
Bien, una vez nos hemos analizado, pasamos a la segunda etapa…
¿EN QUÉ POSTURA DUERMES?
1- Si lo habitual en ti, es dormir de lado, en tu caso debes pensar que la espalda tiene que permanecer recta para un mejor descanso, y por lo tanto necesitas un colchón blando, o no muy firme. ¿Por qué? Pues porque así de esta manera tus hombros y caderas se hundirán siendo el punto de apoyo de todo tu peso y permitiendo que la espalda, y la columna estén de posición totalmente horizontal.
Tu almohada ideal será una almohada gruesa, puesto que debemos procurar que el cuello se mantenga en el eje de la columna, sin que la cabeza lo desplace hacia uno de los dos lados.
2- Si tu como descansas de verdad, es cuando duermes boca arriba, en tu caso lo que necesitas es un apoyo especial en la nuca y en la región lumbar o detrás de las rodillas, ya que si estas se hunden pueden forzar demasiado la postura y crear dolor lumbar y cervical.Por eso necesitas un colchón que aunque no sea muy duro sea totalmente firme y que impida que te hundas.
Tu almohada ideal entonces para un mejor descanso es una almohada de firmeza y grosor intermedia , con el fin de que nuestro cuello esté en la posición correcta.
3- Las personas que duermen boca abajo necesitan aún más apoyo en la región lumbar, y en la nuca, ya que su postura es aún más forzada e inestable, por eso lo adecuado es que escojas un colchón duro.
Esta posición es bastante perjudicial. Si nos ubicamos de este modo radicalmente, con todo nuestro cuerpo horizontal y lineal resultamos notablemente perjudicados. En primer lugar la curvatura de nuestro cuello se modifica, y en segundo lugar la torsión del mismo le impide respirar.
Tu almohada ideal para este caso tan extremo, es recomendable que te pongas debajo del abdomen una almohada de grosor y firmeza media, con el fin de alinear la curvatura de nuestra columna vertebral con el cuello.
Y sobretodo, y lo más importante es que si tienes cualquier duda, o necesitas consejo profesional acudas a un establecimiento de confianza, donde saben lo que hacen, donde trabajan con primeras marcas, y donde lo primero es tu salud y descanso por encima de todo.