Como crear una decoración sencilla y acogedora
Quienes comulgan con el dicho ‘como en casa en ningún sitio’ saben muy bien que un hogar es un lugar al que querer volver siempre, bien sea después de un largo día de trabajo o bien de un apasionante viaje, porque sea cual sea nuestro estado de ánimo, al final del día siempre se agradece llegar a un lugar que transmita seguridad, tranquilidad y calidez.
Para conseguir una decoración sencilla hay que tener en cuenta factores que varían continuamente, como la funcionalidad, la luminosidad, el espacio, el equilibrio en la composición del conjunto, el olor, el orden o el gusto personal.
En esta ocasión, la búsqueda de un espacio sencillo y cálido será la premisa para abordar la decoración del hogar, y para ello hay que tener en cuenta tres reglas básicas de la decoración.
Balance, proporción y armonía.
El diseño de interiores es un arte y como tal se rige por diversos principios: énfasis, ritmo, escala, balance, proporción, armonía… Los tres últimos servirán en esta ocasión como base para definir los contornos de un espacio práctico y equilibrado.
Así, un balance entre los elementos decorativos y estructurales requiere establecer prioridades y prescindir de aquello que no sea necesario y pueda sobrecargar el espacio. Buscar proporciones en los elementos decorativos nos ayudará a encontrar el equilibrio en el espacio y de esta forma oxigenar el campo visual y transmitir amplitud. La clave para lograr la armonía no reside en seguir un patrón de colores o materiales o en no dejar huecos, sino en apostar por una gama que combine y en materiales de calidad que encajen en un espacio en el que las estructuras ganan protagonismo estético.
¿Qué estamos buscando?
- Piensa objetivamente en el uso de los muebles para optimizar el espacio y mejorar la movilidad.
- Sencillez y calidez. Transmitir mucho con muy poco. Ese es el principal objetivo de una decoración de estas características. Ahorrarás en espacio, dejarás pasar la luz y economizarás en gasto y en tiempo de limpieza.
- Busca la combinación perfecta entre el espacio, la estructura y el mobiliario, solo entonces habrá que preocuparse por los detalles.
- Por mucha sencillez que emane tu casa sigues siendo tu quien elige la temática, texturas, estilos, colores, materiales mobiliario y detalles, así que apuesta por aquellos elementos que casen con tu personalidad y con los que te sientas cómodo.
¿Cómo podemos conseguirlo?
Partiendo de dos factores clave: una decoración que se ajuste a los propósitos que queremos cumplir y unos hábitos sanos que mantengan un ambiente acogedor.
De nada sirve una decoración cuidada si no se es ordenado y se sigue cierta planificación en las tareas del hogar. Llegar a casa y tener acumulada la ropa o la vajilla sin fregar desanima a cualquiera y se aleja del objetivo de un hogar acogedor.
Buscar la sencillez obliga en cierto modo a priorizar y por tanto prescindir de mobiliario y objetos que no resulten necesarios. No obstante seguro que esa selección resulta al final positiva y consigues un entorno muy agradable sin sobrecargar el espacio con grandes ornamentos.
Apostar por lo natural: materiales, plantas, reciclaje… Etc.
Cinco pilares
- Las estructuras como lienzo. Una de las claves para conseguir una decoración sencilla y al mismo tiempo acogedor es aprovechar de forma sutil las estructuras de tu casa. Zócalos, ribetes, revestimientos, molduras, esquinas, suelos, techos y paredes. Todos son susceptibles de ser los protagonistas, ahorrando así en espacio al tiempo que la estancia adquiere un carácter indiscutible. Lo más recurrente es optar por aprovechar las paredes como lienzo creativo, así, estas pueden recubrirse de vinilos o papel pintado, bañarse en tonos pastel, convertirse en soporte para murales, cuadros o estanterías o incluso adoptar una segunda misión si se cubren de corcho o pintura de pizarra.
- Colores y materiales. La clave está en lo natural. Colores neutros, pasteles y claros, típicos pigmentos del estilo nórdico que tan de moda se ha puesto esta temporada, así como los colores tierra, los grises, los crema o los naranjas suaves, combinan a la perfección con los tonos de la madera sin tratar, uno de los materiales que aportan más calidez al entorno.
- La luz. Un elemento imprescindible que influye en la sensación de amplitud del espacio y que se ha de tratar con mimo. Exprime al máximo la luz natural con cortinas traslúcidas o estores laminados y empleando colores muy claros que proyecten la luz. Para las horas menos luminosas del día apuesta por una buena luz de ambiente, además de focos concretos en los espacios que requieran actividades de mayor concentración, como zonas de trabajo o lectura.
- Un uso para cada elemento. Busca mobiliario funcional, accesible, cómodo y, si es posible, fácil de mover. De esta forma todos los elementos de tu hogar tendrán una finalidad clara. No tiene sentido tener un sofá incómodo, por muy bonito que sea. Además, siempre podrás añadir unos cojines que le den un toque personalizado.
- El aroma. Cada hogar huele a los materiales que guarda, a los muebles, la pintura o el suavizante con el que se lavan los tejidos. Personaliza tu hogar con velas y plantas aromáticas, incienso, ambientadores o perfumes para que cada vez que notes ese aroma familiar, sientas que estás en casa.
A esto se le añaden los detalles, fáciles de renovar para una ocasión especial, con el cambio de estación o sencillamente cuando el cuerpo así lo pida. La clave está en utilizar los objetos prácticos como las alfombras, las mantas, las cortinas o las sábanas como contrapunto de color a los tonos suaves del mobiliario. Así, si te gusta hacer cambios cada cierto tiempo te resultará muy sencillo y económico darle una vuelta a cada habitación.
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